martes, 21 de febrero de 2012

REFORMA LABORAL O ENGAÑABOBOS

Recuerdo cuando era un chiquillo, que para obligarme a terminar la comida,  mi madre me decía “¿No te da lástima de los negritos del África, que no tienen que llevarse a la boca, y tú en cambio tirando la comida?”. Entonces yo, como gesto solidario con aquellos pobres, hacía un esfuerzo y me comía todo el plato. Lógicamente con el tiempo caí en la cuenta de que los negritos,  ni se enteraban ni se beneficiaban de mi gesto heroico. 
 
Hoy con motivo de la reforma laboral que el gobierno ha aprobado estoy escuchando expresiones muy parecidas a las de mi madre. Tanto el gobierno como la patronal andan diciendo que “esta reforma es la que España necesita, y que los cinco millones y medio de parados no pueden esperar más” (Un puesto de trabajo,  se entiende). 

Sin embargo, por más que leo el contenido de la reforma, en ninguno de sus párrafos dicen como van a crear empleo. Prácticamente todo el contenido de este decreto-ley hace hincapié en crear facilidades (mas aun de las que había) y rebajar costes para despedir. 
 
Entonces ¿qué me quieren decir, que facilitando el despido se crea empleo? Pero yo siempre pensé que los términos empleo y despido eran contradictorios. Es algo así como creer que para engordar lo que hay que hacer es dejar de comer. 

¿No será que lo que pretenden con esta reforma es despedir por dos céntimos a los que están trabajando y contratar por menos aún a los que están desempleados?. Estos últimos (con ello cuentan tanto gobierno como empresarios), en su gran mayoría, están en una situación desesperada y van a aceptar unas condiciones laborales totalmente miserables. Además están cayendo en la trampa de creer que los culpables de su situación son los “privilegiados” que tienen un puesto de trabajo y que son unos egoístas que no quieren renunciar a ninguno de sus derechos.
 
Me temo que del sacrificio que se les exigen a los trabajadores se van a beneficiar solo  los empresarios y no los parados. Y en eso consiste el trabajo de clarificación que tienen por delante los sindicatos, partidos políticos de izquierda y movimientos sociales en general, que desemboque en el afianzamiento de la unidad de la clase trabajadora.
 
Pero es que, además de querer engañar a los trabajadores y a los parados, creo que tanto Gobierno como CEOE se engañan asimismo, poniendo en peligro al propio sistema que tanto dicen defender:
 
1º.- Existen empresarios que tienen capacidad de producción y de negocio, y que no quieren ayudas para despedir sino para contratar. 
 
2º.- Con el nivel de desempleo actual, los parados no consumen porque sus economías no se lo permiten; pero tampoco lo hacen los trabajadores que ven peligrar sus puestos de trabajo. Si no hay capacidad de consumo (demanda), y como consecuencia disminuye la capacidad de producción (oferta), la mano de obra se hace innecesaria, aumentando inevitablemente el desempleo. En este sentido tenemos que ser conscientes de que España es un país que produce servicios. Que la primera industria es el turismo. Un sector que se resiente fácilmente ante la falta de capacidad adquisitiva.
 
3.- Como consecuencia de lo anterior, los empresarios no obtienen beneficios y el Estado deja de recaudar impuestos. Y si el Estado no recauda, no puede prestar servicios…..
 
Como conclusión podíamos afirmar que de la obtención de beneficio, algo “lícito” en un sistema capitalista, se ha pasado a un egoísmo desmedido y deseo desenfrenado por acumular riquezas. Y tanto esa falta de contención y de escrúpulos, como de límites y de control pueden acabar derrumbándolo todo. Y aquí es donde aparece un cuarto aspecto del problema:


4.- El sistema se puede derrumbar, o al menos tambalear, cuando las clases populares desesperadas y sin nada que perder se echen a la calle y reclamen lo que en justicia les pertenece.

Ese momento puede estar cerca y para entonces no hará falta que el Sr. Rossell (Presidente de la CEOE) aconseje al Sr.Terciado (Presidente de Cepyme) fingir y cambiar la sonrisa por un gesto serio. La pérdida de la alegría va a ser real y de forma natural.

martes, 7 de febrero de 2012

DEMASIADAS PREGUNTAS

¡Hombre, que tiempo sin venir por aquí! ¿Qué tal?
¡Ya ves!
Cuando puedas me pones un café con leche. (Me parece que he estado un poco brusco... y se ha dado cuenta).

Tengo ganas de estar en silencio. Este folleto, aunque lo publica un banco, me parece bueno para echar un rato.

Conversaciones sobre el futuro”. Precisamente hoy que lo veo más oscuro que nunca. Parece irónico, o cuando menos extraño, que para un rato de reflexión (hablar conmigo mismo) utilice conversaciones de otras personas.

Vuelvo a leer el prólogo: “Vivimos tiempos inciertos: demasiadas preguntas para tan pocas respuestas”.

Estoy cansado, todo el día intentando encontrar una explicación. El presente, bastante jodido. El futuro, realmente complicado.

Lo siento, no tengo ganas de hablar. Ni de pensar. Me gustaría estar en lo alto de una montaña. Y gritar. No decir nada, pero gritar. Y sin embargo, estoy sentado en este sillón giratorio, sin saber que hacer….

No es mala idea oír un poco de música. Algo con lo que me identifique en este momento. Solo música. Sin letra. ¡Joder, que nadie me hable!

Un poco de blues no estaría mal. Tras varios intentos con el buscador, ahí está James Cotton…


…. sí, más tranquilo.