He leído el artículo de Gonzalo
Fajul sobre ¿De que lado están los obispos españoles?
Me parece demoledor el párrafo:
“la incapacidad de los obispos para articular un mensaje social claro y
contundente les sitúa del lado de los culpables y frente a las víctimas”. Creo
que se queda corto. Entiendo que no es incapacidad por articular un mensaje,
no, es que la ideología de los máximos dirigentes de la iglesia coincide con la
de los culpables de la situación que está soportando una parte importante de la
población. Aquella que depende de su trabajo para poder subsistir, y de la que
unos cinco millones carecen. ¿No saben los obispos españoles que el 21% de la
población de entre 16 y 64 años está por debajo de la pobreza?
Efectivamente, la Iglesia está
cometiendo un gran pecado por omisión. ¿Qué significaban esas grandes
manifestaciones promovidas por la Iglesia en defensa de la familia? ¿A que
familias se estaban refiriendo? ¿Sabe la Iglesia cuantas familias hay en España
con todos sus miembros en situación de desempleo? ¿Conoce la Iglesia cuantos
desahucios se producen diariamente en España?....
Si lo sabe. Pero calla. No quiere
incomodar a “su gente”. Está ocupada en fortalecer la espiritualidad de los/as
cristianos/as, porque, como dice Monseñor Rouco “sin fe no hay caridad…”. Y pienso yo que sin vergüenza, tampoco.
Recuerdo y pienso en aquellos/as
cristianos/as que están en la lucha diaria a favor de los oprimidos. Que todos
lo días salen a la calle a reivindicar los derechos de las clases mas
desfavorecidas. Esos/as que no se avergüenzan de decir que son cristianos
porque creen en un Jesús encarnado en los mas pobres. Pienso en ellos/as y me
duele. Me duele por dos cosas:
1º Porque con esa actitud están demostrando
que son coherente con el seguimiento a Jesús. Pero también están lavándole la
cara a una iglesia institucional que está muy alejada del proyecto que pusieron
en marcha muchos cristianos y cristianas, entregando en muchos casos sus vidas
por ello.
2º Porque no entiendo como
esos/as cristianos/as pueden hacer compatible una actitud crítica y luchadora
frente a la clase que ostenta el poder político y económico de nuestra sociedad;
con una actitud pasiva, acrítica, yo diría que borreguil, ante la clase dirigente
de la Iglesia.
¿Cómo es posible que en Jerez
haya en torno a treinta y cinco mil parados/as, y el Sr. Obispo esté tan
callado? ¿Cómo es posible que la mayor parte de la prensa local se dedique a
informar de tantos y tantos conflictos laborales, y a destacado miembro de la
iglesia local solo se le ocurra “protestar enérgicamente” porque un grupo de
trabajadoras de la limpieza, ayuda a domicilio y despedidos/as en el ERE
municipal no le han permitido celebrar con “dignidad” un rito religioso el día
del patrón de Jerez?. Sr. Repeto, ¿no
sabe usted que esas personas están reclamando un derecho fundamental como es su
empleo y su salario, y lo mínimo que usted debería ofrecerle es su solidaridad?.
¿Para cuando una manifestación
promovida por los/as cristianos/as de a pie, con concentración final en la
puerta del palacio obispal, exigiéndole al Sr. Mazuelos que se comprometa en defensa de los
oprimidos?, es decir, que sea mínimamente coherente con las enseñanzas de Jesús
de Nazaret.
Por imperativo de su fe, los
cristianos y cristianas de a pie, no pueden continuar sin rechistar. Deben
hacer sus denuncias, también de puertas a dentro. A eso, creo, se le llama
corrección fraterna.