jueves, 20 de enero de 2011

Santa Rita, Rita ...

En los tres años de reflexión de Pedro Pacheco,  le ha sucedido como a San Pablo camino de Damasco. Una luz segadora le ha hecho ver el camino correcto. La conversión, a la luz de sus declaraciones en la rueda de prensa, en la que anunciaba oficialmente su vuelta, parece "evidente". Cuando llegue, según dice él,  nuevamente al poder el próximo 22 de mayo (Hay que recordar que ese día es la festividad de Santa Rita, patrona de los imposibles), piensa revisar las productividades que cobran un grupo "selecto"  de empleados municipales.


Lo que se preguntan en los mentideros de la casa grande es: ¿A qué productividades, de las actualmente vigentes,  se refiere Pacheco? ¿A las que asignó él, que suponen el 80%, o al 20% restante que asignaron entre María J. G. Pelayo y Pilar Sánchez? Por cierto la productividad más alta se fijó siendo alcaldesa María José G. Pelayo. 


Lo que no sabe Pacheco es que se puede encontrar con una rebelión de sus apadrinados, que seguramente en coro le gritarán: "Santa Rita, Rita, lo que se dá no se quita", a lo que seguramente él les responderá: "Anda tontos, que sólo era una broma".

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