jueves, 26 de enero de 2012

El conflicto sube de tono

Las protestas que mantiene la plantilla municipal, reivindicando el cobro de sus salarios, sube de tono. Hasta ahora, los trabajadores y trabajadoras municipales se limitaban a pedir dinero, es decir, el pago de su trabajo realizado. Y eso es algo que todo el mundo comprende. Toda persona que realiza un trabajo quiere cobrar por el mismo. Es lo único, según parecía, a lo que puede aspirar la clase trabajadora (y que alguno/as entienden que se está convirtiendo en una fea costumbre). Pero no, los/as empleados/as quieren algo más. Ahora piden al equipo de gobierno dignidad y gestos de solidaridad.


Pero vamos a ver, ¿ustedes no saben que las arcas municipales están vacías? ¿Como se les ocurre reivindicar algo tan valioso?. Reclamar el salario lo entiende la alcaldesa, y según parece sabe donde buscar el dinero, aunque por lo visto no lo hace muy bien puesto que no obtiene buenos resultados. Acude al gobierno central para que le levante la retención de la PIE (Participación en los Ingresos del Estado);  a la Junta de Andalucía para reclamar la PATRICA (Participación en los Tributos de la Comunidad Autónoma); a la Diputación para que le liberalicen todo lo que puedan de las tomas de razón que en su día acordó con la anterior alcaldesa; a los bancos para pedirles créditos, liquidez. Es decir, el equipo de gobierno, con María José García-Pelayo a la cabeza,  sabe lo que es el salario y sabe lo que tiene que hacer para poder abonarlos.  Pero pedirle  justicia, ética, dignidad y  solidaridad. ¡No tienen ustedes hartura!


Pero si de eso no entienden. No saben lo que es. ¿Cómo y a donde van a ir a buscarlo?


Para que alguien pueda tener gestos de solidaridad debe, previamente, tener un mínimo de empatía. Sí, ese sentimiento que consiste en ponerse en el lugar del otro/a. Maria José sabía cual era el lugar, por ejemplo, donde las empleadas de ACASA reclamaban su nómina. Sabía que ese lugar estaba en la calle. En la calle Consistorio. En la acera de enfrente, bajo los naranjos. Pero ese lugar lo conocía cuando era otra la que gobernaba. Ahora, habrá perdido la brújula, no sabe dónde ni que están padeciendo esas compañeras. No sabe cómo una familia con unos ingresos máximos de 800 €  mensuales puede sobrevivir. No digamos si encima llevan sin cobrar tres o cuatro meses.


Por favor, sean ustedes personas normales y corrientes, reclamen su salario, y punto. Y aunque se encomienden a Santa Rita, que además de la suya es la patrona de los imposibles,  no pidan cosas extrañas y difíciles de conseguir. Sean realistas y pidan la Luna. Eso está más al alcance.

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