lunes, 3 de octubre de 2011

CRISIS, ¿SOLO ECONOMICA?

Cuando Barack Obama asumió el poder en EE.UU. se creó un ambiente expectante. Algunos creyeron que sus palabras traían algo nuevo. Cuando éste anunció medidas para controlar el sistema económico, reconociendo implícitamente que la libertad a ultranza como mecanismo de regulación del sistema no había funcionado, o mejor dicho había provocado la crisis, muchos entendieron que podíamos estar ante un cambio histórico.

Pero las palabras del presidente de EE.UU., se quedaron en eso, palabras. ¿Por qué no ha puesto en práctica su mensaje?. ¿No ha querido? ¿No ha podido? ¿Quién se lo ha impedido?

Hoy todo el mundo, experto o no en economía y  política, coincide en que el tanden economía-democracia, que hasta ahora iba de la mano en cuanto a sostener el sistema económico que se ha dado en llamar capitalismo,  se ha roto. Es la economía la que marca el ritmo, es la economía la que decide que hay que hacer. Ya no son los parlamentos, sino los mercados quienes gobiernan el mundo. Pero ¿quienes son los mercados, que es lo que los mueven, cuales son  sus objetivos?.

Si el beneficio y  la rentabilidad son los pilares del sistema y por ende de los mercados. Y si todo el mundo (políticos, economistas, inversores, bancos, etc.) dicen querer salir de esta crisis, que tenemos que salir de esta situación todos juntos, tendremos que llegar a la conclusión de que alguien está mintiendo.

¿Creen ustedes que si esta crisis perjudicara a todas las personas; que si todos los poderes de este mundo estuviesen de acuerdo en salir de esta situación cuanto antes, no se habría conseguido ya?  Alguien no quiere que se supere la crisis. Alguien se está beneficiando de ella y por tanto habrá que obligarla a ceder en sus ambiciones.

Porque un mercado totalmente libre no es el mejor para una democracia, un mercado sin regulaciones no garantiza justicia ni prosperidad. Porque un mercado sin control transforma el deseo de beneficio en egoísmo a ultranza. No les importan las personas, el medio ambiente, etc. sólo conseguir más y más. Es una bestia que no tiene hartura.

Por tanto, los políticos tendrán que imponerse a los mercados mediante leyes que los regulen. Y si los políticos no quieren, tendrá que ser el pueblo quien obligue tanto a unos y como a otros.

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