El viernes por la tarde, cumpliendo con mi obligación, hablé telefónicamente con algunos dirigentes sindicales del Ayuntamiento. Mi interés consistía en conocer el resultado de la reunión mantenida por éstos con la Alcaldesa. El motivo de la misma, el cobro de los salarios.
“Nos van a pagar otros cuatrocientos euros el lunes. Y el resto de noviembre entre el 22 y el 24. La nómina de diciembre y la paga extra en Enero, aunque sin precisar fecha”. Les pregunté si en la reunión se había hablado sobre el pago a las trabajadoras de ayuda a domicilio, ACASA. Me contestaron que no.
¡No quiero ni pensarlo!. Después de dos días de encierro. Después de compartir espacio en el “protestódromo” de la calle Consistorio. Después de soportar que los miembros del Sindicato Independiente de la Policía desplegaran su pancarta reivindicativa junto a la suya, cuando durante dos días han recibido por parte de ellos (aunque no de todos según me comentan ellas mismas; algunos han cumplido las órdenes correctamente y con respeto, otros/as hasta han disfrutado y se han pasado; nos han vejado) un maltrato, tanto físico como psicológico… No quiero pensar que el lunes sean ellas las únicas que se queden sin cobrar.
Ya se que, según los que entienden, el problema es que legalmente el Ayuntamiento tiene la obligación de pagarle a la plantilla antes que a los proveedores, y para que cobren las/os trabajadoras/es de ayuda a domicilio tiene el ayuntamiento que hacerle el ingreso a ACASA, que es un proveedor. Mientras otros opinan que no, que la subvención que recibe el Ayto. de la Junta de Andalucía es finalista, es decir, no se puede emplear para otros menesteres.
Pero a quienes se enredan en esas discusiones hay que decirles: ¡déjense de tonterías y de pamplinas, por favor!. Y a los sindicatos hay que recordarles que tienen como los dos grandes pilares de su actuación: la justicia y la solidaridad. Ya se que ellos se “deben” a quienes les votaron. Pero un sindicato no puede estar siempre pensando en el voto o el respaldo; no puede estar permanentemente en campaña. Pero además, y precisamente por eso, no pueden permitir que se dañe aún mas la imagen de los/as empleados/as municipales. No pueden quedar ante las/os compañeras/os de ACASA como privilegiados/as por cobrar otros cuatrocientos euros “cochambrosos”.
¡Tienen que hablar ya!, y decirlo lo mas alto posible, aunque ello provoque algún que otro malestar entre la plantilla (que no creo que fuese tanto). Pero decirlo, no sólo ante la prensa y para hacerse la foto. También en la puerta del Consistorio, megáfono en mano. Y sobre todo en la mesa y ante la alcaldesa: ¡Aquí o cobramos todos/as o no cobra nadie!.
Sobre todo, Dignidad.
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