El Banco Central Europeo no financia a los estados miembros. Algunos gobiernos nacionales han solicitado que se pongan en circulación los Eurobonos, es decir, venta de deuda pública europea. Con ello los países que tienen dificultad porque su prima de riesgo es muy alta (que significa que su credibilidad y solvencia económica está en entredicho) se podrían beneficiar de la solvencia de los países más prósperos. Esa solidaridad económica sería una forma de avanzar en la construcción y fortalecimiento de Europa. Pero el eje Paris-Berlín se opone.
Puesto que los países con dificultad carecen de dinero, de liquidez, tienen que financiarse mediante la venta de deuda pública.
Sin embargo, hace unos días el Banco Central Europeo inyectó dinero, mediante préstamos a tres años y a un interés de un 1%, a los bancos de la zona euro. Concretamente a 523 bancos. Las expectativas se desbordaron, y la suma que el BCE prestó ascendió a 489.000 millones de euros. No había límite y los bancos podían pedir lo que quisieran.
¿Que hacen los bancos con ese dinero prestado a bajo interés? Pues acuden al mercado a comprar deuda pública. España, sin ir mas lejos, la última deuda pública que vendió hace unos quince días, lo hizo pagando un interés del 5,5%.
Entonces, cuando escuché hace unos días a una experta decir que el dinero prestado por el BCE a los bancos, suponía inyectar de “ánimo y optimismo” a los mercados, creo que estaba queriendo decir inyectar de “beneficio fácil y rápido” (5,5% menos el 1% es igual a un 4,5% de beneficio).
¿Qué consecuencias tiene esta actuación para los países? Pues éstos, al pagar esos intereses, se están endeudando aun más. Eso les impide conseguir el objetivo de reducir el déficit público al 4,04 % (Algo que ha impuesto Europa y que los partidos mayoritarios españoles, con nocturnidad y alevosía, sin consultar a la ciudadanía, han plasmado en una modificación de la Constitución española).
¿Que hacen entonces estos países para cumplir con ese objetivo?. Pues sencillamente reducir gastos. Y ¿cómo reduce gastos un estado?. Pues suprimiendo servicios.
Podíamos llegar entonces a la siguiente conclusión: Cuanto mayor es el beneficio de los bancos mayor es el peligro de perder servicios públicos. Servicios, que una vez privatizados tendrían que ser costeados individualmente por cada usuario (que pudiera, claro), y que además tendría la consecuencia de pérdida de empleo público (Hay que recordar que la ratio entre empleo público y población en España es de las mas baja de Europa, no así la ratio de políticos/población, que es de las mas altas).
Los mercados están actuando con la vista puesta en el desmantelamiento del estado del bienestar. Quienes van a sufrir las consecuencias seremos los de siempre. Pero lo que es aún peor, el coste de ese desmantelamiento quieren que lo soportemos los mismos.
Aun nos queda la siguiente pregunta. ¿El dinero que han recibido los bancos es a su vez prestado a las empresas y familias a un interés, también reducido? Es evidente que no. No solo eso, sino que los bancos, en su afán recaudatorio de beneficios, siguen exprimiendo, yo diría que extorsionando a los clientes.
Sin ir mas lejos, hace unos días actualicé el estado de mi cuenta bancaria. Aparece un cargo de 4 Euros por “Comisión de mantenimiento” (Yo creía que por mantener una cuenta en el banco éste te daba intereses). Otro cargo de 6,20 Euros por “Comisión de apuntes” (Me entraron ganas de decirles “por favor no apunten nada, ya lo hago yo”). Pero frente a estos 10,20 Euros que me “quitaron”, aparece un abono de 0,09 €, del cual me retienen 0,02€. Y por último un cargo por 7,5€ por mantenimiento de tarjeta. (Por cierto se está extendiendo la prohibición de operar en los cajeros con la libreta de ahorros, y por tanto obligando a tener tarjeta. Hay que recordar que son los jubilados/as los que no tenían la costumbre de utilizar la tarjeta)
En definitiva y para concluir, no me extraña que en Grecia corretearan a varios dirigentes bancarios; y en Islandia algunos de ellos hayan ingresado en prisión.
En España, como siempre, vamos un poco más despacio.
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